Pedazos de mi corazón

Quiero anunciar una nueva "sección" en el blog, digo "sección" porque en realidad aquí suelen haber solo pensamientos dispersos que de vez en cuando me dan necesidad para compartirlos, pero supongamos que hay secciones y voy a inaugurar una que se llamará "pedazos de mi corazón", estará con esa etiqueta y prometo poner en ella solo lo relacionado con lo que mas adelante explicaré. Me inspiré en el blog de un amigo porque escribió una entrada para alguien en particular y me di cuenta que en mi vida también hay personas que merecen eso.

Varias advertencias:

- Las entradas pertenecientes a "pedazos de mi corazón" estarán dirigidas a una persona en especifico por lo que ella representa o representó en mi vida, puede que esa persona nunca lea lo que he escrito, pero si tiene un lugar ahí es porque lo merece, si alguien mas quien no sea esa persona quiere leerlo será bienvenido, de lo contrario simplemente omitan la lectura.

- No voy a tener un orden especifico. Los primeros no serán a los que mas quiero, simplemente son esos que invadieron mi momento.

- El tiempo entre cada entrada no es relevante. Este punto es muy importante por varias razones, la principal por supuesto es la inconstancia con la que muchos estarán familiarizados, pero también sucede porque hay días en los que no me siento con ganas de escribir; lo anterior no significa que me vaya a olvidar de alguien, prometido, y que quede constancia que a pesar de todo lo que soy procuro no romper mis promesas, que no me olvidaré de nadie, poco a poco, tendrán su espacio.

- No se fijen en la longitud de las entradas, hay días en los que soy concreta y otros en los que me da por escribir epístolas, en todo caso son conflictos míos.

Por ultimo, ¿por qué "pedazos de mi corazón"? porque por cursi que suene son personas que hacen parte de mi, que de alguna manera han determinado lo que soy y lo que seré, me han marcado, enseñado y levantado en muchas ocasiones. Son pedazos de mi corazón que espero siempre estén ahí, para seguir siendo yo, porque sin ustedes la chocolatosa no existiría, probablemente sería solo Nathalia, una habitante mas en el planeta que no ha logrado ser parte del corazón de nadie.

Mariposa

Hoy de nuevo hay una mariposa intentando entrar por la ventana, atraída por la luz supongo, se estrella contra el vidrio una y otra vez, no entraré en el circulo vicioso de determinar si los animales sienten o piensan, pero partamos del supuesto que si lo hacen, ¿Qué pensara la mariposa al estrellarse una y otra vez? ¿Acaso no sabe como deberíamos saber todos, que no se pueden obtener resultados diferentes haciendo siempre lo mismo? Pobre mariposa que quizás no tiene quien se lo enseñe, me pregunto si es la misma mariposa de ayer y de antier, difícil decirlo, no alcanzo a ver sus facciones de cerca para determinar si tiene ojos verdes o alguna señal característica, tal vez una cicatriz ayude, intentaré notarlo la próxima vez.

Ahora se ha ido pero no puedo evitar recordar aquella canción de las "guerras perdidas" y las alas sin vida de vuelos suicidas, mariposas atraídas por el fuego, yo las entiendo porque yo he sentido la luz cegadora de un fuego prohibido, de nuevo, pobres mariposas que no tienen quien les enseñe, y pobres nosotros que aun cuando nos enseñan solo aprendemos a punta de golpes, a punta de vuelos suicidas.

Feliz día del libro


La segunda entrada en un día, deberían darme un premio bloggero por eso, aunque espero que no signifique que no actualizaré en un buen rato.

Como espero que sepan y si no saben va un jalón de orejas muy grande, hoy es el día internacional del libro y como lectora empedernida que soy no puedo mas que celebrarlo.

Hace aproximadamente un año y digo aproximadamente porque no fue exactamente el 23 de abril, me propuse un desafío de libros que consistía en pocas palabras leer 50 libros en un año contados a partir del 23 de abril, con respecto a eso tengo sentimientos encontrados.

Me siento triste por un lado porque por mi constante inconstancia no logré completar el desafío y llegué a la modesta suma de 26 libros, un libro más de la mitad. Saber que no lo pude cumplir me genera una especie de vacío, a eso sumada la crisis de los 20 que siempre viene con una que otra reflexión acerca de lo que estás haciendo con tu vida pero eso es tema de otra entrada.

Tengo sin embargo empezados varios libros; Rayuela de Julio Cortazar que tiene una maldicion porque por mas que lo intento leer nunca logro acabarlo; Sangre y Oro de Anne Rice que avanza a paso muy lento; La historia interminable de Michael Ende que me he rehusado a leer en e-book y que no he podido conseguir por medios físicos; dos libros de poesía; el péndulo de Foucault de Umberto Eco aparentemente abandonado y probablemente alguno que se me escapa.

En contraste con el sentimiento de tristeza está uno de algo parecido a la alegría que en estos momentos no soy capaz de definir, y es que soy realista, 26 libros no se leen de la noche a la mañana y me los he disfrutado todos. He cumplido con el objetivo real del desafío, incentivar la lectura, he leído por placer y no por conseguir el numero, he LEIDO, osea soy de las afortunadas personas en el mundo que pueden decir eso, ¡ahí está! he encontrado mi sentimiento, me siento afortunada porque me pude sumergir en mundos que de alguna forma hoy me hacen una persona diferente.

Agradezco a Dios por las letras, la imprenta, las editoriales, los escritores, quienes nunca se rinden porque creen que sus historias valen la pena, quienes ilustran las portadas que muchas veces me han hecho comprar un libro, quienes creen en los libros, quienes leen, quienes lo intentan y quienes lo disfrutan.

Empezaré de nuevo el desafío, ahora a superar esos 26 libros.

A propósito, la imagen es patrocinada por tumbrl y me gustó porque eso es lo que hace un libro en tu mente si se lo permites ^^


26. Las hijas de Tara - Laura Gallego

Creo que quienes me conozcan saben que no me cansaré de decir que Laura Gallego nunca deja de sorprenderme, cada historia suya tiene un elemento que la hace única, he leído varios libros de ella y he de decir que todos me han gustado, no por nada es mi escritora favorita.

En el de las Hijas de Tara, el ultimo suyo que me leí y ademas el ultimo que entra oficialmente en mi desafío de los 50 libros, tocan un tema que por ahora parece estar muy de moda, se trata de las consecuencias que nuestras acciones tienen para la vida en el planeta. Digo tema que parece estar muy de moda porque ahora muchas personas se las dan de ambientalistas, los gobiernos se hacen los que se preocupan y la gente de la farándula se dice vegetariana.

Supongo que se lee despectiva la forma como lo escribo, la verdad es que así es, me parece que es una visión hipócrita porque se dice mucho pero se hace poco, y me incluyo, no voy a decir que no me preocupe por el planeta, pero esa preocupación sirve mas o menos para nada porque nada hago, ni siquiera cosas simples como desconectar el cargador del celular cuando no lo estoy usando ¿sabían que eso ahorra energía y puede salvar a los osos polares?

En fin, me desvié, producto de mi constante dispersión que últimamente va en aumento, espero que eso sea algo bueno y signifique que mi mente está trabajando mas rápido. El libro muy bueno a mi parecer, futurista, fantástico, con buena trama, en resumen todo lo que se puede esperar de Laura Gallego y más, ídola como siempre.

A propósito del libro y de la entrada: feliz día de la tierra que fue ayer, espero que alguien me lea y siga mi consejo de los cargadores del celular, yo me lo pondré como meta, así por lo menos siento que estoy haciendo algo que no sea sólo preocuparme. Sigue siendo hipócrita pero ayuda con el cargo de conciencia.

Blog

Quizás, un blog suene algo inútil y sin sentido para aquellos que nunca han tenido ni leído uno, para los que lo han leído pero no tienen es tal vez algo divertido de leer o por el contrario se encontraron con que lo que hay en la mente de otros no les interesa (he de decir que estas personas deben, sin animo de ofender a nadie, buscarse urgentemente un terapeuta, nuestra mente tiene tanto potencial que nunca será suficiente por si sola).

En todo caso, escribir en un blog es algo que sólo entenderán aquellos que se han aventurado a volcar un poco de si mismos, exponerse de alguna forma, pero estar seguros en esa exposición, porque solo exponemos lo que queremos, aquello que queremos compartir. Quienes lo lean pueden ser en muchas ocasiones desconocidos a los que poco o nada les influye lo que pase en nuestra vida, pero eso es una gran mentira, cada cosa que leemos, que vemos, que escuchamos, que olemos, que sentimos, cambia de alguna forma la manera en la que percibimos el mundo, así sea solo porque descubrimos otra cosa que no nos gusta.

Como dije, cada quien escribe lo que quiere en la manera que quiera escribirlo y por las razones que quiera hacerlo, si me preguntan mis razones diré que lo hago por necesidad, una necesidad que me impulsa a escribir cosas para desaturar mi mente, es una forma de canalizar las emociones, como el pararayos de mi vida. Esa necesidad se parece mas a un placer que a una verdadera necesidad, cuando lo hago me siento libre, en una especie de paz interior que puede parecer exagerada pero para mi significa solucionar conflictos internos y así buscar el equilibrio. Es parte de lo que soy, de lo que me gusta ser.

Por supuesto no todo lo que escribo es publicado aquí pero por lo menos todo lo que es publicado significa algo en mí, como dijo un amigo que en estos días se tomó el trabajo de leer todas las entradas, es el espejo de mi alma.

Operación Resortazo

Se avecina una entrada larga, que conste que el que avisa no es traidor.

Cuando estaba muy pequeña, en la etapa en la que todavía tenemos la capacidad de sorprendernos cada 5 minutos y las preguntas eran mucho mas abundantes porque habían mas cosas de las que no sabíamos que queríamos saber, el termino resortazo entró a mi vida y aunque la historia que les voy a poner no coincide mas que en el contexto de la edad y tal vez la utilización del termino, quien lo escribió, una amiga, tomo la inspiración de mi anécdota.

Sin embargo no es por eso por lo que la pongo, lo hago porque hoy cuando estaba revisando las actualizaciones de los blogs que sigo vi su entrada en Danzante y Distraída y cuando releí el cuento me dio nostalgia por el pasado, me conmoví de nuevo y me di cuenta que la historia es muy buena y merece ser compartida, así que aquí va:

I

-Vale, entonces nos vemos en el parque después del almuerzo- me dijo él,

-Bueno, hasta entonces- le contesté, sin ni siquiera poderlo mirar a los ojos, sonrojada y con una sonrisa que no sabía porqué se aparecía por mi cara cada vez que él se acercabami. Acto seguido, me dio un pico en la mejilla y los dos salimos a correr; mis amigas, que estaban vigilando la cita desde la ventana de la casa de Lauris, reían sin parar.

Todas las niñas se reían de mi por no saber como se despedían los novios, así que mis amigas decidieron darme una lección de cómo hacerlo, después de hacer reuniones e ingeniarse todo un plan que incluía desde mi forma de mirar, hasta el color de la tinta del esfero que debía usar para escribirle la carta -medio según ellas y los dibujos animados sería el más apropiado para comentarle ese tipo de cosas a mi novio- explicándole a Pablito como se despedían los novios. Recuerdo que fue a la salida del colegio, todas me rodearon y empezaron a susurrar frases que en mi cabeza resonaban y hacían imágenes confusas y desconocidas como: -uno tiene novio para darle picos, o –pero tu tienes que decirle a Pablito que si no te da un beso de resortazo no pueden seguir siendo novios, la pregunta consiguiente fue: ¿y cómo se da un pico de resortazo?, y mis amigas, expertas en teoría del tema, porque en realidad yo era la primera de mis amigas que tenía novia, procedieron a explicarme la técnica del beso de resortazo:

-Tienes que acercarte y cuando sientas que te toca los labios te alejas inmediatamente porque o sino se quedan pegados - dijo Lauris.

-Y además tiene que ser rápido porque los niños a veces comen gusanos… - dijo Rocío que tenía un hermano apenas menor que nosotras, y por eso era la experta en el extraño comportamiento que empezaban a tener los niños

- No eso no importa, tu sólo tienes que hacer como un resorte, apenas te tocan, tu rebotas- todas rieron pícaramente.

Con las clases de mis amigas y sus ansias por ver si su estudiante había aprendido, la siguiente cita que tuve con Pablito fue el doble de vigilada que la anterior, mis amigas rondaban por ahí y me repetían: acuérdate, de resortazo; se referían a un pico en los labios que no duraría mas de unos pocos segundos, pero claro, el acto preparatorio era todo un rito, yo debía acercarme a él, pero no mucho porque me habían advertido que era él quien debía darme el pico, él y no yo, además tenía que estirar mis labios, pero no mucho porque parecería un pato, además estaba el punto de cerrar los ojos y … aún no me explicaban como iba a encontrar su boca si tenía los ojos cerrados.

II

Esa tarde comí pasto porque la perrita de Laura lo hacía y si ella había tenido ya 6 perritos era porque así se hacía, me lavé muy bien los dientes, inclusive use enjuague bucal y guardé en mi bolsito la carta que me habían dictado mis amigas, era una carta escrita en tinta verde porque en la tele decía que así se enamoraban los niños, doblada en forma de corazón, con perfume de mi mamá porque tenía que oler a mujer y el mío olía a bebé, y para cerrar con broche de oro, con la huella que dejaron mis labios cuando usé el labial rojo que me llevó Susana al colegio para que la adornara y se viera más “sexy”.

Cuando lo vi, el corazón me saltó, juro que sobre mi sweater se alcanzaba a ver como algo se impulsaba en un trampolín y hacía maromas antes de volver mi pecho; él me saludó como de costumbre, de pico en la mejilla, traía una colombina de colores para mí, y de nuevo la sonrisa se asomaba por mi cara, que para entonces ya había tomado un color intenso, quedé atónita… aún no lo podía creer!, se acordaba que me gustaban mucho las colombinas de colores, era demasiado especial!!!; y yo, yo no le había llevado nada, (eso también me lo explicaron mis amigas después, me dijeron que él por lo general me iba a llevar cosas, pero que yo no tenía que hacerlo), en fin, el hecho es que nos comimos mi colombina entre los dos, recuerdo que yo sentía que tenía mariposas en mi estomago, tiempo después fui al médico y me dijo que eran lombrices y que no eran tan buenas como yo creía…

Seguí el plan al pie de la letra, después de jugar en el columpio, fingí que estaba cansada y me senté en el lugar estratégico que Lauris me había señalado en el plano del parque, plano que habían hecho Susana y Rocío en la reunión pasada para que nada se saliera de control y ellas pudieran escuchar; después de un corto de silencio, nerviosa metí la mano en mi pequeño bolso, saqué a Marina, mi muñeca, y encontré aquel corazón perfumado, le dije que cerrara los ojos y que abriera la mano, le puse la carta en su mano

-ábrela- Pablito abrió los ojos y se sonrojó,

-¿Para qué me pedias que cerrara los ojos?

-porque quería que tuvieras la carta en tu mano, pero no sabía como entregártela,

- jajaja- se hecho a reír- las niñas sí que son chistosas- y se la guardó al bolsillo

-pero léela- me tembló la voz, aún no podía creer que fuera tan insensible, era un corazón y lo había guardado en su bolsillo sin que pudiera él palpitarle, sin siquiera darse cuenta de que estaba perfumado.

-cuando esté en mi casa

-no, tiene que ser ahora porque necesito que sepas algo

-segura?, porque aún no he aprendido leer de corrido – y se sonrojó-

- no importa, yo te espero.

Huy, fueron eternos los instantes que tardó en leerla, alcancé a imaginar que el dragón que me visitaba en los sueños estaba detrás mío riéndose porque de mis mejillas estaban más calientes que la llama que él arrojaba, pero era inevitable, cuando Pablito se me acercaba a una cuadra de distancia, inmediatamente parecían pintadas por muchos platos de crema de tomate. Mi paciencia empezaba a agotarse y el acróbata que vivía en mi pecho no paraba de practicar su rutina; por su parte las lombrices, que yo creía que eran mariposas, revoloteaban por la selva de colombina de colores en que se había convertido mi estomago,. Al fin terminó de leerla

-mmm, sip yo también quería decírtelo- Dijo Pablito en voz baja y no muy decidida

Y un sonrisa tímida llenó el silencio que hicimos los dos.

-Bueno, entonces chao Pablito, me tengo que entrar a hacer la tarea de mate

-Bueno, chao, ehhh-

Me sudaban las manos, me temblaban las piernas, no podía verlo a los ojos… pero antes de que yo pudiera reaccionar, sentí como el arcoíris se chocó contra mis labios y el caramelo de la colombina hizo que supiera a dulce…

-nos vemos mañana en clase, te quiero mucho y gracias por la carta

Y salió corriendo sin más, afortunadamente mis amigas estaban cerca y pudieron recogerme cuando sentí que me desmayaba, todas reían muy nerviosas y se sentían las mejores detectives del planeta, la operación resortazo había salido como lo habían planeado.

Después de eso ya no jugábamos a la casita de las muñecas ni a maquillarnos, jugábamos a planear citas, hacíamos planos del colegio para ubicar el lugar exacto en el que debíamos encontrarnos para hacer pilatunas… creo que fue la mejor época de mi vida.

Cuando crecí supe que él no sabía que me gustaran las colombinas, sino que estaban en promoción y todas las mamás las compraban para enviarles de onces sus hijos y que él la sacaba a hurtadillas de la gaveta, que Pablito al igual que yo, tenía todo un plan con los amigos. Sin embargo, no puedo parar de recordar que fue una época en la que salía a jugar con la espuma de las olas y el violacio del cielo, todo era tan simple entonces.

Ahora comprendo que lo hermoso de mi primer novio fueron precisamente esas lombrices que mi mamá mataba con purgantes, el que el novio fuera de todas mis amigas y llevaran la relación a su antojo, esos hoyuelitos que mis mejillas armaban cuando lo veían, pero sobre todo la inocencia del parque y la frescura del mar en la tarde.

Esa inocencia que hizo todo tan puro y divertido, que hoy, después de tantos años sigo recordándolo, aún cuando no pude volver a ver los planos del parque, ni la sonrisa de Pablito, porque en la oscuridad que protegen estos lentes, sólo es posible recordar el arcoíris acaramelado que vi aquella tarde, pero ni el mar, ni su rostro, y muchos menos los colores de las colombinas que tanto me gustaban puede volver a ver.


MARY ALEJANDRA HERRERA BUITRAGO