Carta a las escritoras tercermundistas (fragmentos)

Me han puesto a leer unos fragmentos que quiero compartir, el texto en su totalidad aunque vale la pena leerlo me pareció un tanto radical y por eso no lo pongo completo (además por su longiitud) en todo caso Anzaldúa (Escritora "chicana", como ella misma se llama, en un mundo hostil donde es rechazada continuamente por su condición de mujer y su lengua nativa) tiene algunas genialidades que pongo a continuación:


¿Por qué me siento tan obligada a escribir? Porque la escritura me salva de esta complacencia que temo. Porque no tengo otra alternativa. Porque tengo que mantener vivo el espíritu de mi rebeldía y de mí misma. Porque el mundo que creo en la escritura me  compensa por lo que el mundo real no me da. Al escribir, pongo el mundo en orden, le doy una agarradera para apoderarme de él. Escribo porque la vida no apacigua mis apetitos ni el hambre. Escribo para grabar lo que otros borran cuando hablo, para escribir nuevamente los  cuentos malescritos acerca de mí, de ti. Para ser más íntima conmigo misma y contigo. Para descubrirme, preservarme, construirme, para lograr la autonomía. Para dispersar los mitos que soy una poeta loca o una pobre alma sufriente. Para convencerme a mí misma que soy valiosa y que lo que yo tengo que decir no es un saco de mierda. Para demostrar que sí puedo y sí escribiré, no importan sus admoniciones de lo contrario. Y escribiré todo lo inmencionable, no importan ni el grito del censor ni del público.

Finalmente, escribo porque temo escribir, pero tengo más miedo de no escribir. El acto de escribir es el acto de hacer el alma, alquimia. Es la búsqueda de una misma, del centro del ser, que nosotras como mujeres hemos llegado a pensar como el "otro" -lo oscuro, lo femenino.

[…]"Pluma, me siento en casa haciendo una pirueta con su tinta, meneando las  telarañas, dejando mi firma en las vidrieras. Pluma, cómo pude haberte temido. Estás absolutamente domesticada pero estoy enamorada de tu salvajismo. Tendré que dejarte cuando te pongas obvia, cuando pares de perseguir polvaredas. Lo más que me engañas, lo más que te quiero. Es cuando estoy cansada y he tomado demasiada cafeína o vino que atraviesas mis defensas y dices más de lo que intentaba. Me sorprendes, me estrujas hasta reconocer alguna parte de mí que había ocultado hasta de mí misma". (Entrada en el diario)

[…]Escribir es confrontar nuestros demonios, verlos a la cara, y vivir para escribir de ellos. El miedo actúa como un imán, saca los demonios del closet y se meten en la tinta de nuestras plumas.

El tigre que cabalga sobre nuestras espaldas nunca nos deja solas. Pide que escriba constantemente hasta que empecemos a sentirnos que somos vampiras chupando la sangre de una experiencia demasiado fresca, que estamos chupando la sangre de la vida para darle de comer a la pluma. Escribir es la cosa más arriesgada que he hecho y la más peligrosa.

[…]la escritura me posee y me propulsa a saltar hacia un lugar sin tiempo, sin espacio, donde me olvido de mí misma y me siento parte del universo. Esto es el poder.

[…]"Escribe con tus ojos de pintor, con oídos de músico, con pies de danzante.  Tú eres la profeta con pluma y antorcha. Escribe con lengua de fuego. No dejes que la pluma te destierre de ti misma. No dejes que la tinta se coagule en el bolígrafo. No dejes que el censor apague la chispa, ni que las mordazas te callen la voz. Pon tu mierda en el papel".


[…]Busca la musa dentro de ti misma. La voz que se encuentra enterrada debajo de ti, desentiérrala. No seas falsa, ni trates de venderla por un aplauso, ni para que te publiquen tu nombre.

Si lo leyeron bien, si les gustó, mejor



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